Me he dado a la tarea de recopilar algunas entrevistas que hay en la web, no pondré ninguna en inglés o sin subtitulos porque casi ninguno la entendería, además que son demasiadas.
¿Carrie es el personaje más tranquilo que te ha tocado interpretar?
Es el más vulnerable, sin dudas. Además, es el más diferente a mí, aunque algunas cosas sí coinciden conmigo. Por ejemplo, soy bastante tímida para hacer amigos, al igual que Carrie. No interactúo mucho con la gente. Creo que este es el personaje más inocente que he hecho, fue todo un desafío.
¿Por qué crees que tienes ese nivel de timidez?
Creo que es porque, literalmente, he tenido que vivir una vida más “tranquila”. Mis amigas, en cambio, tratan todos los días con chicos. En general, las personas que conozco lidian con diferentes cosas diez veces más que yo, y así aprenden más rápido. Esto quizá se deba a mi forma de vida. Desde los nueve años he estudiado sola en casa, así que no he tenido contacto con mucha gente.
¿Sientes que eso es una ventaja?
Creo que sí. Personalmente, no me gustan los chicos de mi edad. Son realmente terroríficos. Cuando están en grupo, son impredecibles, se comportan como tontos. Yo nunca me he arrepentido de nada en mi vida, porque cada decisión que tomo lo hago pensando mucho y a conciencia. Sin embargo, conozco muchas personas que van por el mundo diciendo “me arrepiento de esto” o “me arrepiento de aquello” y, en verdad, no los entiendo.
¿Es la primera vez que haces de un personaje mayor que tú?
Más o menos. Carrie tiene 17 años. Antes hice un personaje de 16 cuando tenía 15 años. Aunque creo que el personaje más “viejo” que he hecho es una chica de 20.
En estos años ya te has hecho un nombre apareciendo en cintas mucho más maduras. ¿Hay alguna transición que has debido hacer ahora que estás creciendo y que otras actrices de tu edad deban aprender?
Creo que las transiciones tienen más que ver con la edad, con la forma en que te ves y la percepción que el público tiene de la edad que tienes. Es como si me preguntaras si a mi edad puedo interpretar a personajes más adultos, sin verme demasiado “sexual”. Yo puedo responderte que sí, pero tendría que tener cuidado con lo otro. Creo que el problema está ahí, en la sexualización.
Lo bueno es que tienes muchos años por delante para seguir interpretando a adolescentes. Se ha visto a chicas de 25 que tienen papeles de jovencitas de 17.
Nunca he logrado entender eso. Si tengo 20 años, voy a parecer una chica de esa edad. No puedo aparentar ser menor. Si tengo 25, lo último que quisiera hacer es regresar en el tiempo. No por gusto he trabajado tanto para estar donde estoy ahora. ¿Por qué quisiera interpretar a un personaje más joven que yo? No obstante, es difícil decirles no a los papeles. El mercado de los 20 y 25 años es muy difícil. Tienes a Jennifer Lawrence y a Michelle Williams, actrices brillantes e increíbles. Tienes que buscar tu nicho
¿Y cuál es tu fuerte?
Creo que es simplemente el realismo. Mi fuerte es tener la capacidad de mostrar el realismo de algunos personajes, cuando en el guion parecen ser totalmente irreales.
“No me gustan los chicos de mi edad. Son realmente terroríficos. Cuando están en grupo, son impredecibles. Se comportan como tontos”, dijo Chloë Grace Moretz, actriz
Si tuvieras poderes telequinéticos como Carrie, ¿para qué los utilizarías?
Probablemente, limpiaría mi habitación (risas). Aunque si pudiera elegir un poder, me encantaría volar.
Siempre has estudiado con tutores, pero nunca has ido al colegio. ¿Te da pena haberte perdido algo? El baile de graduación, por ejemplo.
No, no me interesan esas cosas. Además, es una tradición moribunda. De hecho, muchos colegios han dejado de celebrarlo, porque crea conflictos, fomenta el acoso escolar y genera una especie de jerarquía entre quienes van y quienes no tienen un novio que les lleve al baile.
No, no me interesan esas cosas. Además, es una tradición moribunda. De hecho, muchos colegios han dejado de celebrarlo, porque crea conflictos, fomenta el acoso escolar y genera una especie de jerarquía entre quienes van y quienes no tienen un novio que les lleve al baile.
¿Alguna vez has sufrido bullying?
Sí, algunas niñas eran muy desagradables conmigo. Mi madre solía llamar a sus madres y, sin levantar la voz, les decía: "Esto es lo que ha hecho tu hija. Buena suerte con tu vida y no vuelvan a acercarse a Chloë nunca más". Al menos, siempre tuve a alguien con quien hablar, fuera mi madre o mis hermanos. El problema es que muchos niños no tienen a quién acudir.
¿Y qué les recomendarías a esos chicos?
Es una edad complicada, sobre todo para las chicas. Son los años más confusos: estás creciendo, sientes un montón de cosas, algunas chicas ya tienen senos, pero tú no y a todos los chicos les gustan esas chicas… (risas). Creo que el mejor consejo es que no traten de crecer demasiado rápido, que se lo tomen con calma.
¿De dónde has sacado toda esa confianza de tí misma?
De mi familia. Estamos muy unidos. Mi madre es una mujer increíble: ha luchado contra el cáncer, ha sido madre soltera de cinco hijos, ha sido enfermera, ha salvado vidas… Ha dedicado su vida a mí y a mis hermanos. En este negocio, en el que vives expuesto a las opiniones de todo el mundo, necesitas esa confianza en ti mismo.
También hay que estar expuesto ante el rechazo. ¿Le resulta difícil?
No, para nada. Llevo haciendo esto desde que tenía cinco años. Y ya entonces, si no conseguía un papel, decía: «Ellos se lo pierden». Siempre he tenido esa mentalidad.
¿Nunca has echado de menos la vida social de las adolescentes de tu edad?
¡No hay vida social en el instituto! Mis mejores amigas son las mismas desde los ocho años. Siempre han estado conmigo. Además, soy muy precavida. Mis amigos hablan de su vida con todo el mundo. Yo no. Soy muy reservada, no le cuento mis cosas a nadie, me lo guardo todo. Tengo que protegerme mucho más que ellas.
¿A qué te refieres?
No puedo confiar en nadie. Conoces a una persona, piensas que estás conectando con ella y, de pronto, te das cuenta de que están mencionando cosas que he contado en una entrevista. Me ocurre constantemente y es terrorífico. O, a veces, poco después de conocerme, me piden que les invite a uno de mis estrenos. ¿En serio? ¿Es eso todo lo que quieres? ¡No te intereso en absoluto! Son trampas sociales (risas).
¿Y qué haces para evitarlos?
Sí, algunas niñas eran muy desagradables conmigo. Mi madre solía llamar a sus madres y, sin levantar la voz, les decía: "Esto es lo que ha hecho tu hija. Buena suerte con tu vida y no vuelvan a acercarse a Chloë nunca más". Al menos, siempre tuve a alguien con quien hablar, fuera mi madre o mis hermanos. El problema es que muchos niños no tienen a quién acudir.
¿Y qué les recomendarías a esos chicos?
Es una edad complicada, sobre todo para las chicas. Son los años más confusos: estás creciendo, sientes un montón de cosas, algunas chicas ya tienen senos, pero tú no y a todos los chicos les gustan esas chicas… (risas). Creo que el mejor consejo es que no traten de crecer demasiado rápido, que se lo tomen con calma.
¿De dónde has sacado toda esa confianza de tí misma?
De mi familia. Estamos muy unidos. Mi madre es una mujer increíble: ha luchado contra el cáncer, ha sido madre soltera de cinco hijos, ha sido enfermera, ha salvado vidas… Ha dedicado su vida a mí y a mis hermanos. En este negocio, en el que vives expuesto a las opiniones de todo el mundo, necesitas esa confianza en ti mismo.
También hay que estar expuesto ante el rechazo. ¿Le resulta difícil?
No, para nada. Llevo haciendo esto desde que tenía cinco años. Y ya entonces, si no conseguía un papel, decía: «Ellos se lo pierden». Siempre he tenido esa mentalidad.
¿Nunca has echado de menos la vida social de las adolescentes de tu edad?
¡No hay vida social en el instituto! Mis mejores amigas son las mismas desde los ocho años. Siempre han estado conmigo. Además, soy muy precavida. Mis amigos hablan de su vida con todo el mundo. Yo no. Soy muy reservada, no le cuento mis cosas a nadie, me lo guardo todo. Tengo que protegerme mucho más que ellas.
¿A qué te refieres?
No puedo confiar en nadie. Conoces a una persona, piensas que estás conectando con ella y, de pronto, te das cuenta de que están mencionando cosas que he contado en una entrevista. Me ocurre constantemente y es terrorífico. O, a veces, poco después de conocerme, me piden que les invite a uno de mis estrenos. ¿En serio? ¿Es eso todo lo que quieres? ¡No te intereso en absoluto! Son trampas sociales (risas).
¿Y qué haces para evitarlos?
Simplemente, tienes que ser increíblemente selectiva. Yo hago que cualquiera tenga que pasar por un montón de puertas, cerraduras y mecanismos antes de llegar hasta mí. Y luego, quizá un día, lleguen a conocerme.
Imagino que para los chicos será todavía más difícil.
¡Desde luego! Y no solo por eso, sino porque tengo cuatro hermanos (risas). Soy la pequeña y la única chica, así que imagínate… En una ocasión, uno de mis hermanos le dijo a un chico con el que salía: "¿Qué signo eres?". "Sagitario", le contestó él. "Mi último novio era sagitario... Si alguna vez le haces a mi hermana lo que él me hizo a mí, te mataré", le dijo (risas).
¿Siempre te han protegido tanto o también se han llevado la fiesta en paz?
También me han hecho rabiar, claro. Me echaban aceite mientras me estaba duchando... Era bullying familiar (risas).
No vas a los bailes, pero sí a las alfombras rojas. ¿Te divierten?
¡Sí! Ese es mi baile de graduación: me puedo poner un Valentino, llevar a mi familia, bailar y celebrarlo. Es mi momento para ser una princesa.
¿Y cuál es tu estilo cuando no tienes que vestirte de princesa?
Pantalones y un jersey en su versión barata. Generalmente, me pongo unos vaqueros, una camiseta y zapato plano. A mis amigas les encanta ponerse tacones y maquillarse, pero como yo lo tengo que hacer tan a menudo, cuando no estoy trabajando, prefiero algo más cómodo.
Últimamente, vas de un rodaje a otro. ¿Te gusta ese tipo de vida?
Lo único que me gusta de los sets de rodaje, es que allí soy capaz de hacer lo que amo. Por lo demás, suelen ser sitios aburridos y polvorientos.
¿Cómo describirías tu pasión por la interpretación?
Desde que tenía cinco años es lo que más feliz me hace en el mundo. Sé que si alguien tratara de arrebatármelo o me pasara algo que me impidiera volver a actuar, eso me mataría. Es lo que me hace querer vivir.
¿Y cómo eliges tus papeles?
Mi madre y mi hermano me ayudan. Yo les digo qué papel me gustaría hacer y ellos buscan proyectos o directores con los que quiero trabajar. Leen los guiones, me dicen cuáles les han gustado y luego los leo yo y decido.
Hasta ahora, siempre has escogido personajes fuertes y oscuros, pero ninguna chica en apuros. ¿Son esos los papeles que te interesan?
En realidad, lo que ocurre es que un director puede pensar que no eres capaz de hacer un drama romántico porque nunca antes has interpretado a una chica enamorada. Es una de las desventajas de haber hecho tantos personajes fuertes. Está muy bien, pero eso no es una carrera. Una carrera es lo que tiene Julianne Moore, que ha hecho de todo. Y yo quiero hacer de todo.
¡Desde luego! Y no solo por eso, sino porque tengo cuatro hermanos (risas). Soy la pequeña y la única chica, así que imagínate… En una ocasión, uno de mis hermanos le dijo a un chico con el que salía: "¿Qué signo eres?". "Sagitario", le contestó él. "Mi último novio era sagitario... Si alguna vez le haces a mi hermana lo que él me hizo a mí, te mataré", le dijo (risas).
¿Siempre te han protegido tanto o también se han llevado la fiesta en paz?
También me han hecho rabiar, claro. Me echaban aceite mientras me estaba duchando... Era bullying familiar (risas).
No vas a los bailes, pero sí a las alfombras rojas. ¿Te divierten?
¡Sí! Ese es mi baile de graduación: me puedo poner un Valentino, llevar a mi familia, bailar y celebrarlo. Es mi momento para ser una princesa.
¿Y cuál es tu estilo cuando no tienes que vestirte de princesa?
Pantalones y un jersey en su versión barata. Generalmente, me pongo unos vaqueros, una camiseta y zapato plano. A mis amigas les encanta ponerse tacones y maquillarse, pero como yo lo tengo que hacer tan a menudo, cuando no estoy trabajando, prefiero algo más cómodo.
Últimamente, vas de un rodaje a otro. ¿Te gusta ese tipo de vida?
Lo único que me gusta de los sets de rodaje, es que allí soy capaz de hacer lo que amo. Por lo demás, suelen ser sitios aburridos y polvorientos.
¿Cómo describirías tu pasión por la interpretación?
Desde que tenía cinco años es lo que más feliz me hace en el mundo. Sé que si alguien tratara de arrebatármelo o me pasara algo que me impidiera volver a actuar, eso me mataría. Es lo que me hace querer vivir.
¿Y cómo eliges tus papeles?
Mi madre y mi hermano me ayudan. Yo les digo qué papel me gustaría hacer y ellos buscan proyectos o directores con los que quiero trabajar. Leen los guiones, me dicen cuáles les han gustado y luego los leo yo y decido.
Hasta ahora, siempre has escogido personajes fuertes y oscuros, pero ninguna chica en apuros. ¿Son esos los papeles que te interesan?
En realidad, lo que ocurre es que un director puede pensar que no eres capaz de hacer un drama romántico porque nunca antes has interpretado a una chica enamorada. Es una de las desventajas de haber hecho tantos personajes fuertes. Está muy bien, pero eso no es una carrera. Una carrera es lo que tiene Julianne Moore, que ha hecho de todo. Y yo quiero hacer de todo.
¿Qué quiere demostrar que aún no ha podido?
C.G.M. Voy a rodar mi primera película romántica, If I stay, en la que me podrán ver las chicas de mi edad. En Carrie, que es más para adultos, quería demostrar que tengo tablas para hacer un papel como ese y en The equalizer, donde interpretaré a una prostituta, encarnaré la vulnerabilidad, el tormento, el abuso… Quiero demostrar que no tengo un único registro y también que no estoy encasillada en mis 16 años.
Para ser una adolescente trabajas mucho. ¿Qué haces para divertirte?
Me gustan los videojuegos y ver dibujos animados. ¡Y me encanta dormir! Pero lo que más me gusta es ir a conciertos. Estoy obsesionada con el mundillo musical. Por mi cumpleaños me han regalado entradas para un concierto de Britney Spears. ¡Voy a conocerla en el backstage! ¡Me encanta Britney!
¿Y qué harás cuando la conozcas?
¡Llorar! Cantaré sus canciones y bailaré sus coreografías. Me pondré histérica y le diré: «¡Te quierooo!». Pero lo que más quiero es conocer a sus hijos. ¡Son tan lindos!
C.G.M. Voy a rodar mi primera película romántica, If I stay, en la que me podrán ver las chicas de mi edad. En Carrie, que es más para adultos, quería demostrar que tengo tablas para hacer un papel como ese y en The equalizer, donde interpretaré a una prostituta, encarnaré la vulnerabilidad, el tormento, el abuso… Quiero demostrar que no tengo un único registro y también que no estoy encasillada en mis 16 años.
Para ser una adolescente trabajas mucho. ¿Qué haces para divertirte?
Me gustan los videojuegos y ver dibujos animados. ¡Y me encanta dormir! Pero lo que más me gusta es ir a conciertos. Estoy obsesionada con el mundillo musical. Por mi cumpleaños me han regalado entradas para un concierto de Britney Spears. ¡Voy a conocerla en el backstage! ¡Me encanta Britney!
¿Y qué harás cuando la conozcas?
¡Llorar! Cantaré sus canciones y bailaré sus coreografías. Me pondré histérica y le diré: «¡Te quierooo!». Pero lo que más quiero es conocer a sus hijos. ¡Son tan lindos!
Sissy Spacek fue nominada al Oscar por su interpretación de Carrie. Es un personaje icónico y la versión de Brian de Palma, una película de culto, ¿no tuviste miedo o dudas al aceptar este remake?
Sí, claro, cuando oyes “Carrie” en seguida piensas en la película, en la escena del baile… Pero yo me he acercado a este personaje como a cualquier otro antes. Como actriz lo que digo siempre es: “Si te gusta, te gusta, si no te gusta, no te gusta. No sé qué decirte, pero a mí me gusta” (risas). Intento no estresarme con lo que la gente pueda pensar de mí. Además, no veo esta película como un remake, creo que es una nueva versión, una forma de contar de nuevo la historia del libro de Stephen King.
Hablemos de la escena del baile de graduación, ¿cómo fue rodar ese momento tan mítico?
Fue uno de esos momentos en los que me di cuenta: “estoy haciendo ‘Carrie’ ”. Pero fue tan intensa… Una locura. Costó ponerla en marcha como tres semanas: hicieron pruebas con otras chicas, desde distintas alturas, distinta consistencia… Yo estaba preparada, con este vestido precioso, el maquillaje tan bonito, los zapatos… Todo tan perfecto. Hicimos solo una toma, iba desde la mesa al escenario, todo el mundo aplaudiendo, subo las escaleras, me quedo ahí, feliz, sonriendo a todos, y… Yo les había dicho que no quería ver cómo lo hacían, no quería escuchar a nadie, sólo quería que pasase, que me sorprendiera como a Carrie. Así que ahí estaba, sonriendo demasiado porque estaba muy nerviosa. Es como cuando estás en una montaña rusa, sabes que va a llegar el momento de la caída, tu corazón late más rápido… Y de repente, boom, me cae. Estaba helado, pesaba… Mis ojos ardían, no podía ver… tuve que quitármelo de los ojos y recuerdo que pensé: “no rompas el personaje, vuelve a tus emociones, qué sientes, qué va a pasar ahora. Estoy actuando, vamos…”.
Pero lo lograste, ¿sólo en una toma?
Sí (suspira). Durante unos segundos pensé que la había arruinado, pero conseguí quitarme la sangre de los ojos. Habían apagado los micrófonos para que Kim (la directora) me gritara todas esas emociones, y había un grupo de 50 chicos delante de mí, riéndose de mí. Fue el momento más terrorífico. Durante unos segundos fue horrible, me salí de Carrie y quería morir. Y entonces proyectan el vídeo de las duchas, cuando le viene el periodo a Carrie y se ríen de ella… Fue tan fuerte emocionalmente. Cuando gritaron “¡corten!”, nos reímos y nos escurrimos en la sangre. Pero después de eso me fui a mi habitación y lloré. Mi madre me preguntó por qué lloras. Nunca me había sentido más sola en mi vida, totalmente aislada.
¿Sentiste pena por Carrie en ese momento?
No, nunca he sentido pena por ella. Jamás. Al leer el libro nunca pensé: “oh, pobre, es fea, está loca, nunca ha tenido novio, nunca la han besado”. Más bien me sentía mal por ella, por las situaciones que pasa, porque sí puede conseguir lo que quiera, pero no ha tenido la suerte de encontrar la manera de lograrlo. Ella es alguien que está torturada en su propio cuerpo. ¡Ni siquiera sabe lo que es el periodo! Imagina que te pasa ese momento tan horrible, y ni siquiera hayas oído hablar de ello nunca, y encima te pasa en el instituto delante de tus compañeras que te odian.
Por cierto, para ti era tu primera experiencia de instituto, ¿cómo fue?
Cierto, nunca he salido de mi salón (risas). Llevo desde cuarto grado (con nueve años) estudiando en casa, nunca voy a tener mi propio baile de graduación, aunque ya me han invitado a alguno… y lo he rechazado (se ríe). De todas formas, en mi vida pasan cosas similares porque, siendo actriz, la gente piensa que todo es muy fácil que voy a tener muchos amigos, que la gente me quiere, pero no es así: me supone miles de problemas porque la gente enseguida me juzga. Y de repente me encuentro excusándome por cosas que no he hecho, ni soy. Y conoces a chicos de los que nunca vas a saber realmente su motivación. O si sus padres van a pensar que soy la loca esa de las películas. Por eso tienes que construirte algo, como una coraza, y decir yo no soy así, no soy esa persona que crees que soy, soy una chica normal, no soy pretenciosa.
¿Qué más hiciste para prepararte el personaje?
Fui a muchos centros de mujeres maltratadas. Obviamente era muy diferente a lo que le pasa a Carrie, pero me enseñó muchas cosas. Conocer a todas esas mujeres, escuchar sus historias, no sólo me ayudaron con el personaje, creo que crecí como persona escuchándolas. He crecido más que nunca trabajando en esta película. Y precisamente es lo que Kim me dijo cuando hablamos del papel: “necesitamos que crezcas, que parezcas una mujer”. Porque yo he vivido y crecido en una burbuja con una familia que me quiere, con cuatro hermanos mayores que es como tener cuatro padres más, no he visto mucha pobreza… Tenía 15 años cuando hice “Carrie” y necesitaba crecer, necesitaba ver cosas. Y Kim me enseñó tantas cosas, compartió sus situaciones personales y yo las mías, que pude también meter en la película.
Como actriz, ¿has tenido situaciones parecidas de “bullying” o rechazo en los rodajes?
Sí, he vivido situaciones así. Parece que ser actriz es super cool, que todo el mundo va a estar encantado y encantador contigo. Pero no. Hay gente que no lleva bien estar ante una joven con éxito y que trabaja y se esfuerza. La gente empieza a empujarte, es como un mecanismo de autodefensa. Y te juzgan y sientes que piensan o dicen: “nunca llegarás a eso” o “nunca vas a ser una actriz que gane un Oscar”. Y es por lo que, haciendo Carrie, me sentí conectada con ella porque he vivido situaciones parecidas en las que la gente me trataba mal. Pero yo pienso: “dime lo que quieras, dentro de cinco años, te darás cuenta de que te equivocabas y me reiré (imita una risa malévola). Estoy haciendo lo que te dije, yo estoy aquí y tú sigues ahí”. Así es como tengo que verlo porque, de otra manera, me volvería loca… Como le pasa a Carrie.
¿Sientes mucha presión por crecer en Hollywood?
Por supuesto. Está la presión de tener que ser un referente, un ejemplo, una estrella, comportarse como se supone que tienes que hacerlo, pero intento no pensar demasiado en ello. Hago las películas que hago, vivo como vivo, si a la gente le gusta, bien, y si no, nada.
Si no les gusta, que se las vean con Hit Girl…
Exacto, sólo tengo que sacar mis armas (risas).
¿También sientes presión sobre cómo vistes o tu físico?
Bueno… Soy ese tipo de persona que si alguien me dice: “no me gusta lo que llevas puesto”, contesto: “te jodes porque a mí me gusta y lo seguiré llevando”. Sé que hay gente que se cambiaría de ropa sólo para gustar más. Yo no. Yo voy a seguir haciendo lo que estoy haciendo porque afortunadamente está funcionando.
¿Eliges tu propia ropa?
Sí, lo hago. Tengo una estilista pero colaboramos juntas, intento introducir mi propio estilo, mis ideas… Mezclando un look más serio con una prenda más casual, o con unos tacones divertidos (enseña sus sandalias de Sophia Webster). Un estilo juvenil y divertido.
Hit Girl, Carrie, la vampira de “Déjame entrar”. Hasta ahora tus personajes más famosos son marginadas sociales y se parecen de alguna forma, ¿sientes que te estén encasillando?
No, por dios, espero que no. Yo amo a mi familia, tengo grandes amigos, y un entorno maravilloso, que me cuida y me protege. Así que elijo estos personajes que me emocionan y los siento completamente opuestos a mí. Porque si eligiera a alguien que es feliz, y todo le va fenomenal, no sería divertido, es lo que vivo cada día de mi vida. Elijo personajes que son más oscuros.
Uno de los temas de “Carrie” son las redes sociales, ¿cómo te llevas con el mundo de Twitter, Facebook, etc.?
Tengo 16 años (risas). He crecido en un mundo donde ya existía todo eso. Recuerdo el momento en que pasé de MySpace a Facebook, probablemente tuve mi primera página de Facebook con 11 años. Lo hice a espaldas de mi madre porque no me dejaba tener Facebook. Y poco después me metí en Twitter. Pero es cierto, que desde hace poco, según me acerco a los 18 años, están pasando muchas cosas en mi vida que me alejan un poco de las redes sociales, y me estoy planteando dejar alguna por cosas que han pasado.
¿Como qué…?
No quiero hablar de eso. Pero son cosas referentes a mi familia… Me he dado cuenta de que no quiero abrir toda mi vida a juicios de gente que no me conoce. No tiene sentido hacerlo cuando ya me juzgan constantemente por lo que llevo puesto, no quiero además que lo hagan por mi familia… o mi perro.
¿Algo ocurrió con tu perro?
Sí, la verdad. Tengo un perro que no tiene pelo, ni dientes, y saca la lengua todo el rato y no te imaginas la clase de comentarios que he recibido por Instagram. Del tipo:“debería estar muerto”. Venga, es un perro. Es maravilloso. Y la gente es malísima. Y me di cuenta de que todas estas plataformas de vídeo o fotos muestran demasiado. Puedes enseñar un poco, como hago en Twitter o Facebook, pero no demasiado porque al final pasan estas cosas.
Sí, claro, cuando oyes “Carrie” en seguida piensas en la película, en la escena del baile… Pero yo me he acercado a este personaje como a cualquier otro antes. Como actriz lo que digo siempre es: “Si te gusta, te gusta, si no te gusta, no te gusta. No sé qué decirte, pero a mí me gusta” (risas). Intento no estresarme con lo que la gente pueda pensar de mí. Además, no veo esta película como un remake, creo que es una nueva versión, una forma de contar de nuevo la historia del libro de Stephen King.
Hablemos de la escena del baile de graduación, ¿cómo fue rodar ese momento tan mítico?
Fue uno de esos momentos en los que me di cuenta: “estoy haciendo ‘Carrie’ ”. Pero fue tan intensa… Una locura. Costó ponerla en marcha como tres semanas: hicieron pruebas con otras chicas, desde distintas alturas, distinta consistencia… Yo estaba preparada, con este vestido precioso, el maquillaje tan bonito, los zapatos… Todo tan perfecto. Hicimos solo una toma, iba desde la mesa al escenario, todo el mundo aplaudiendo, subo las escaleras, me quedo ahí, feliz, sonriendo a todos, y… Yo les había dicho que no quería ver cómo lo hacían, no quería escuchar a nadie, sólo quería que pasase, que me sorprendiera como a Carrie. Así que ahí estaba, sonriendo demasiado porque estaba muy nerviosa. Es como cuando estás en una montaña rusa, sabes que va a llegar el momento de la caída, tu corazón late más rápido… Y de repente, boom, me cae. Estaba helado, pesaba… Mis ojos ardían, no podía ver… tuve que quitármelo de los ojos y recuerdo que pensé: “no rompas el personaje, vuelve a tus emociones, qué sientes, qué va a pasar ahora. Estoy actuando, vamos…”.
Pero lo lograste, ¿sólo en una toma?
Sí (suspira). Durante unos segundos pensé que la había arruinado, pero conseguí quitarme la sangre de los ojos. Habían apagado los micrófonos para que Kim (la directora) me gritara todas esas emociones, y había un grupo de 50 chicos delante de mí, riéndose de mí. Fue el momento más terrorífico. Durante unos segundos fue horrible, me salí de Carrie y quería morir. Y entonces proyectan el vídeo de las duchas, cuando le viene el periodo a Carrie y se ríen de ella… Fue tan fuerte emocionalmente. Cuando gritaron “¡corten!”, nos reímos y nos escurrimos en la sangre. Pero después de eso me fui a mi habitación y lloré. Mi madre me preguntó por qué lloras. Nunca me había sentido más sola en mi vida, totalmente aislada.
¿Sentiste pena por Carrie en ese momento?
No, nunca he sentido pena por ella. Jamás. Al leer el libro nunca pensé: “oh, pobre, es fea, está loca, nunca ha tenido novio, nunca la han besado”. Más bien me sentía mal por ella, por las situaciones que pasa, porque sí puede conseguir lo que quiera, pero no ha tenido la suerte de encontrar la manera de lograrlo. Ella es alguien que está torturada en su propio cuerpo. ¡Ni siquiera sabe lo que es el periodo! Imagina que te pasa ese momento tan horrible, y ni siquiera hayas oído hablar de ello nunca, y encima te pasa en el instituto delante de tus compañeras que te odian.
Por cierto, para ti era tu primera experiencia de instituto, ¿cómo fue?
Cierto, nunca he salido de mi salón (risas). Llevo desde cuarto grado (con nueve años) estudiando en casa, nunca voy a tener mi propio baile de graduación, aunque ya me han invitado a alguno… y lo he rechazado (se ríe). De todas formas, en mi vida pasan cosas similares porque, siendo actriz, la gente piensa que todo es muy fácil que voy a tener muchos amigos, que la gente me quiere, pero no es así: me supone miles de problemas porque la gente enseguida me juzga. Y de repente me encuentro excusándome por cosas que no he hecho, ni soy. Y conoces a chicos de los que nunca vas a saber realmente su motivación. O si sus padres van a pensar que soy la loca esa de las películas. Por eso tienes que construirte algo, como una coraza, y decir yo no soy así, no soy esa persona que crees que soy, soy una chica normal, no soy pretenciosa.
¿Qué más hiciste para prepararte el personaje?
Fui a muchos centros de mujeres maltratadas. Obviamente era muy diferente a lo que le pasa a Carrie, pero me enseñó muchas cosas. Conocer a todas esas mujeres, escuchar sus historias, no sólo me ayudaron con el personaje, creo que crecí como persona escuchándolas. He crecido más que nunca trabajando en esta película. Y precisamente es lo que Kim me dijo cuando hablamos del papel: “necesitamos que crezcas, que parezcas una mujer”. Porque yo he vivido y crecido en una burbuja con una familia que me quiere, con cuatro hermanos mayores que es como tener cuatro padres más, no he visto mucha pobreza… Tenía 15 años cuando hice “Carrie” y necesitaba crecer, necesitaba ver cosas. Y Kim me enseñó tantas cosas, compartió sus situaciones personales y yo las mías, que pude también meter en la película.
Como actriz, ¿has tenido situaciones parecidas de “bullying” o rechazo en los rodajes?
Sí, he vivido situaciones así. Parece que ser actriz es super cool, que todo el mundo va a estar encantado y encantador contigo. Pero no. Hay gente que no lleva bien estar ante una joven con éxito y que trabaja y se esfuerza. La gente empieza a empujarte, es como un mecanismo de autodefensa. Y te juzgan y sientes que piensan o dicen: “nunca llegarás a eso” o “nunca vas a ser una actriz que gane un Oscar”. Y es por lo que, haciendo Carrie, me sentí conectada con ella porque he vivido situaciones parecidas en las que la gente me trataba mal. Pero yo pienso: “dime lo que quieras, dentro de cinco años, te darás cuenta de que te equivocabas y me reiré (imita una risa malévola). Estoy haciendo lo que te dije, yo estoy aquí y tú sigues ahí”. Así es como tengo que verlo porque, de otra manera, me volvería loca… Como le pasa a Carrie.
¿Sientes mucha presión por crecer en Hollywood?
Por supuesto. Está la presión de tener que ser un referente, un ejemplo, una estrella, comportarse como se supone que tienes que hacerlo, pero intento no pensar demasiado en ello. Hago las películas que hago, vivo como vivo, si a la gente le gusta, bien, y si no, nada.
Si no les gusta, que se las vean con Hit Girl…
Exacto, sólo tengo que sacar mis armas (risas).
¿También sientes presión sobre cómo vistes o tu físico?
Bueno… Soy ese tipo de persona que si alguien me dice: “no me gusta lo que llevas puesto”, contesto: “te jodes porque a mí me gusta y lo seguiré llevando”. Sé que hay gente que se cambiaría de ropa sólo para gustar más. Yo no. Yo voy a seguir haciendo lo que estoy haciendo porque afortunadamente está funcionando.
¿Eliges tu propia ropa?
Sí, lo hago. Tengo una estilista pero colaboramos juntas, intento introducir mi propio estilo, mis ideas… Mezclando un look más serio con una prenda más casual, o con unos tacones divertidos (enseña sus sandalias de Sophia Webster). Un estilo juvenil y divertido.
Hit Girl, Carrie, la vampira de “Déjame entrar”. Hasta ahora tus personajes más famosos son marginadas sociales y se parecen de alguna forma, ¿sientes que te estén encasillando?
No, por dios, espero que no. Yo amo a mi familia, tengo grandes amigos, y un entorno maravilloso, que me cuida y me protege. Así que elijo estos personajes que me emocionan y los siento completamente opuestos a mí. Porque si eligiera a alguien que es feliz, y todo le va fenomenal, no sería divertido, es lo que vivo cada día de mi vida. Elijo personajes que son más oscuros.
Uno de los temas de “Carrie” son las redes sociales, ¿cómo te llevas con el mundo de Twitter, Facebook, etc.?
Tengo 16 años (risas). He crecido en un mundo donde ya existía todo eso. Recuerdo el momento en que pasé de MySpace a Facebook, probablemente tuve mi primera página de Facebook con 11 años. Lo hice a espaldas de mi madre porque no me dejaba tener Facebook. Y poco después me metí en Twitter. Pero es cierto, que desde hace poco, según me acerco a los 18 años, están pasando muchas cosas en mi vida que me alejan un poco de las redes sociales, y me estoy planteando dejar alguna por cosas que han pasado.
¿Como qué…?
No quiero hablar de eso. Pero son cosas referentes a mi familia… Me he dado cuenta de que no quiero abrir toda mi vida a juicios de gente que no me conoce. No tiene sentido hacerlo cuando ya me juzgan constantemente por lo que llevo puesto, no quiero además que lo hagan por mi familia… o mi perro.
¿Algo ocurrió con tu perro?
Sí, la verdad. Tengo un perro que no tiene pelo, ni dientes, y saca la lengua todo el rato y no te imaginas la clase de comentarios que he recibido por Instagram. Del tipo:“debería estar muerto”. Venga, es un perro. Es maravilloso. Y la gente es malísima. Y me di cuenta de que todas estas plataformas de vídeo o fotos muestran demasiado. Puedes enseñar un poco, como hago en Twitter o Facebook, pero no demasiado porque al final pasan estas cosas.
Aquí Chloë Moretz nos cuenta una de sus experiencias en su vida y que es lo que tiene en común su vida personal con el del personaje de Carrie White. Nos cuenta sus anécdotas más locas y lo que ha sufrido durante los rodajes en las películas. Queda claro que el Bullying se da hasta en los actores más destacados de Hollywood o más bien se da a todas las clases sociales. No importa que tan famoso seas, siempre abra problemas de esos en la infancia y adolescencia.
Si algún día quieres salir con ella sera muy complicado ya que sus hermanos son muy sobre protectores.
"¿Quien no querría salir con esta belleza?"
"¿Quien no querría salir con esta belleza?"
En la serie, mi personaje es un poco más atrevida que yo, pero en otros aspectos nos parecemos bastante. A las dos nos gustan las prendas clásicas algo decentes, pero en la vida real yo soy un poco más informal.
De muchos lugares diferentes. A veces me siento y hago un boceto en un papel para luego dibujármelo directamente en las uñas. Otras veces busco en Instagram o encuentro en una revista un dibujo que me inspira a crear un diseño.
Acabo de empezar a dibujarme fresas pequeñitas en las uñas y quedan muy lindas. Ah, y otro de mis favoritos es el patrón en zigzag o en forma de escudo. Hace poco le hice uno a Francesca Capaldi [coprotagonista de Dog With A Blog] y me encanta. Es muy sencillo pero queda genial.
Pinté a Ariel, Jasmín, Rapunzel, Blancanieves y Cenicienta, me quedaron lindas. Probablemente este fuera uno de los diseños más complicados que he hecho, porque tuve que dibujarme en las uñas los detalles de los rasgos faciales de las princesas, ¡pero quedó genial!